Los tríos de cuerdas, op. 9 fueron compuestas por Beethoven en 1797-98 y dedicadas a su mecenas, el conde Johann von Browne. Aunque no se consideran obras populares en el repertorio del compositor, en realidad fueron hitos importantes en su desarrollo como músico. Pueden interpretarse como una preparación para los próximos cuartetos, y todos presentan una forma de sonata en el primer movimiento, lo que sugiere que Beethoven no pretendía que fueran piezas de cámara ligeras.