Ludwig van Beethoven escribió su Concierto para piano núm. 4 en sol mayor en 1805, aunque no se conserva ningún manuscrito. Fue interpretada por primera vez por el propio Beethoven en 1807 en una interpretación privada: el estreno público fue en 1808 -nuevamente con el compositor como solista- como parte de un extenso programa, que incluía los estrenos de la Fantasía Coral, la Quinta Sinfonía, y la Sexta Sinfonía. La pieza estuvo mucho tiempo abandonada después de esto, hasta que fue revivida por Felix Mendelssohn en 1836. Hoy en día, la obra se interpreta y graba ampliamente, y se considera una de las obras centrales de la literatura de conciertos para piano.
Ludwig van Beethoven escribió su Concierto para piano núm. 4 en sol mayor en 1805, aunque no se conserva ningún manuscrito. Fue interpretada por primera vez por el propio Beethoven en 1807 en una interpretación privada: el estreno público fue en 1808 -nuevamente con el compositor como solista- como parte de un extenso programa, que incluía los estrenos de la Fantasía Coral, la Quinta Sinfonía, y la Sexta Sinfonía. La pieza estuvo mucho tiempo abandonada después de esto, hasta que fue revivida por Felix Mendelssohn en 1836. Hoy en día, la obra se interpreta y graba ampliamente, y se considera una de las obras centrales de la literatura de conciertos para piano.