Beethoven compuso su Sonata núm. 12, op. 26, en 1800-1, al mismo tiempo que completaba su primera sinfonía. Dedicada al príncipe Karl von Lichnowsky -su mecenas desde 1792- la obra consta de 4 movimientos y dura alrededor de 20 minutos. Tiene una estructura poco convencional y se abre con un movimiento relativamente lento en el formato del tema y las variaciones. El resto de los movimientos de la sonata se desarrollan según los principios clásicos en alternancia rápido-lento-rápido. El tercer movimiento incorpora una marcha fúnebre, que anticipa claramente el punto de inflexión de la Sinfonía Heroica que Beethoven escribió en 1803-4. Este es el único movimiento de sus sonatas que Beethoven arregló para orquesta y se interpretó durante su propio cortejo fúnebre. Esta sonata también es inusual porque ninguno de sus cuatro movimientos está en forma sonata-allegro. Esta pieza fue citada tanto por Schubert como por Chopin en composiciones posteriores.