Rossini escribió sus sinfonías de cuerda cuando era muy joven -probablemente alrededor de los 12 años-, y cada una de ellas comienza con un tono lúdico, como si el joven conociera las oberturas operísticas de Mozart. Fueron publicados por primera vez -con excepción del núm. 3- en forma de cuarteto de cuerda estándar, en lugar de la formación más inusual de 2 vl - 2 vc - 1 cb.