Este conjunto de ocho suites para clavecín se publicó en 1720. En la clase virtuosa como intérprete de clavecín y órgano, Handel improvisaba en gran medida y, sin duda, embellecía sus propias interpretaciones con todo tipo de ornamentaciones, que habrían llenado sacar las armonías. El clavicémbalo Dolmetsch, fino y con mucho cuerpo, se graba cerca, realzando la fuerza inherente de la interpretación.