Pyotr Ilyich Tchaikovsky compuso su Pezzo caprichoso, op. 62, para violonchelo y orquesta en una sola semana de agosto de 1887. La obra no es caprichosa en un sentido alegre. El aspecto caprichoso proviene del tratamiento fantasioso de Tchaikovsky de varios aspectos del tema simple de la obra. A pesar de algunos pasajes rápidos y un giro a la tonalidad mayor, conserva el pulso básico y el estado de ánimo sobrio a lo largo de toda la pieza. La sobriedad fue el resultado de los sufrimientos de Tchaikovsky con su amigo Nikolay Kondratyev. Kondratyev estaba en los últimos estertores de la sífilis. Después de una breve remisión, lo llevaron a Aquisgrán, Alemania, donde su familia esperaba que las aguas minerales de allí prolongaran su vida al menos unos meses. En cambio, Kondratyev había empeorado. Además, demostró ser un paciente muy impredecible, volátil y exigente, lo que puso nervioso a Tchaikovsky, que ya era tímido ante la muerte. Todo este sufrimiento también se transmitió a través de la música que estaba escribiendo Tchaikovsky. La primera interpretación del Pezzo caprichoso, en su arreglo para acompañamiento de piano, tuvo lugar el 28 de febrero de 1888, con el compositor al teclado. La primera interpretación de la versión orquestal la realizó Brandukov en Moscú en un concierto especial de la Sociedad Musical Rusa el 25 de noviembre de 1889. Tchaikovsky dirigió la orquesta.
