Los nocturnos, op. 62, son algunos de los últimos trabajos de Fréderic Chopin. Fueron publicados en 1846 y dedicados a Mdlle. R. de Konneritz. El Nocturno núm. 2 en mi mayor muestra una melodía solemne y lenta que contrasta fuertemente con la sección central de agitato. La música se vuelve convulsa y tensa sólo para amainar en la recapitulación, dando paso nuevamente a la melodía principal.