Juan [de] Esquivel Barahona fue el más destacado de la última generación de compositores eclesiásticos españoles de la época del Renacimiento. Aunque nunca sirvió en una de las principales catedrales españolas, su música fue conocida en toda España a principios del siglo XVII. Inició su servicio como niño de coro en la catedral en 1568 y, según el capellán del coro Antonio Sánchez Cabañas, fue alumno de Juan Navarro, maestro de coro de la catedral durante la juventud de Esquivel. El primer puesto de Esquivel como maestro de capilla llegó en 1581, cuando fue nombrado para el cargo en Oviedo, la capital de la provincia de Asturias en el norte de España. Dejó ese cargo en 1585 y ocupó un puesto similar en la ciudad riojana de Calahorra. En 1591 regresó a Ciudad Rodrigo como maestro de coro, donde permaneció hasta su muerte. Sus principales influencias fueron Cristóbal de Morales y Francisco Guerrero, aunque en ocasiones es evidente alguna influencia de su maestro Navarro. El aprecio de Esquivel por Guerrero es evidente en su uso de los motetes del maestro mayor como fuentes para misas parodias. Esquivel, sin embargo, nunca fue reacio a componer un texto por el que un compositor anterior había ganado cierta fama. El estilo polifónico de Esquivel se caracteriza por la concisión en sus temas melódicos, un uso ocasional de cromatismo no cadencial y el movimiento paralelo entre voces. Su música tiene cierta similitud con la polifonía portuguesa de su época.